Autora: Margarita Parés i Rifà. Bióloga
La idea de que un jardín es un hábitat, es decir, un lugar de
vida, un ecosistema en el que las plantas están vivas y atraen vida animal, no
es nueva. No obstante, en los últimos
años se ha producido en el mundo occidental una corriente de pensamiento que
apuesta por una jardinería donde la vida
es un tema central. Expresiones como naturalización, creación de hábitats,
jardines saludables para un planeta saludable,
jardinería del ecosistema, jardinería de la vida silvestre, o la vida silvestre y el jardinero, hacen
fortuna en páginas web de naturaleza y de
jardinería. Es un hecho, pues, que naturaleza y jardinería se han acercado.
El reconocimiento de que los jardines están formados por seres vivos, de que podemos
enriquecer nuestro jardín con una mayor
diversidad vegetal y animal, y de que la
forma de gestionarlo tiene unas consecuencias ambientales locales y globales,
es un hecho. Al abordar este tema, las instituciones públicas inglesas
consideran que los 16 millones de
jardines existentes en el país configuran una verdadera red de pequeñas
reservas de naturaleza, y, en
consecuencia, promueven una gestión
ambientalmente más saludable, y que beneficia al planeta y a cada jardín.
Las muy conocidas aficiones inglesas por la naturaleza, de un
lado, y por la jardinería, de otro, se han encontrado, y desde hace muchos años
estas disciplinas trabajan con objetivos
comunes; este hecho coloca al jardinero en un lugar protagonista, en el que
puede ejercer un papel clave como gestor de la naturaleza. Ello se pone de relieve en las páginas web de
instituciones tan conocidas como la Royal Horticultural Society, el Natural
History Museum, o el Wildlife Trusts England. En una encuesta reciente de la RHS a sus miembros, el 96 % de los
encuestados se declara consciente de ser gestor del medio ambiente, y considera
importante que la RHS dedique recursos a la investigación sobre los aspectos
ambientales de la jardinería.
Así pues, naturaleza, medio ambiente y jardinería estan
relacionados. Algunos aspectos
ambientales en la gestión de un jardín son el usos de la energía y del agua, la
gestión de los residuos orgánicos, el consumo de productos químicos pesticidas,
y el consumo de abono. Una gestión más respetuosa con el entorno,
más ecológica, es una aportación más
allá del propio jardín. El primer
beneficio que obtenemos es un regalo para el jardinero y para los usuarios: la
riqueza animal y vegetal se incrementa, y disfrutamos de la presencia de más
insectos, más aves, más anfibios, más plantas espontáneas... así se abre todo
un mundo de posibilidades.
La naturalización de los jardines ya existentes y la
creación de hábitats de vida silvestre en entornos humanizados son iniciativas
públicas que actualmente estan al orden del día, en las que el compromiso con
el medio ambiente y con la conservación de la naturaleza confluyen con
beneficios de tipo social, con el disfrute por parte de los usuarios y con la
mejora de su salud, y todo ello va relacionado con un acercamiento a la naturaleza.
Los jardines presentes cerca de los hogares son
a veces la única relación
que se tiene con la tierra, con las plantas y con los
animales. Vale la pena tenerlo en cuenta.
Algunos recursos en inglés sobre la naturalización de
jardines:
http://www.wildaboutgardens.org/index.aspx
3 comentarios:
Me gusta mucho este post. Tomo nota!
Gracias por leerlo!
muy buenos.
gracias por los links.
saludos!!
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