El 12 de junio de 1881 se inaugura la cascada del Parque de la Ciudadela de Barcelona
que fue el gran parque estrella de la
Exposición Universal de 1888. El parque ocupaba
el espacio en el que en el XVIII
se había edificado la Ciudadela que vigilaba la ciudad ya que esa era la
función que tenía y no la de defenderla como se podría pensar. Por esa razón
era poco querida por los habitantes de Barcelona. La donación del terreno se debió al General
Prim, entonces en el gobierno, con el fin de que fuera un parque destinado a
los ciudadanos. La cascada es un
antecedente de lo que luego será el modernismo catalán. Realizada por el maestro
de obras Josep Fontseré incoprpora obras escultóricas de artistas como Rosendo
Nobas, Francesc Pagès, Venancia Vallmitjana, Joan Florets, Manuel Fluxa i el
mismísimo Antoni Gaudí por aquel entonces todavía estudiante. Se dice que Gaudí
colaboró con Fontseré en el diseño de la gruta y de la instalación hidráulica.
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