Aunque sea con un poco de retaso recuerdo la fecha de
fallecimiento de Valle-Inclán (*) con un texto que escribió donde el jardín está presente. Encontré la
cita en un libro y me pareció muy oportuno transcribirla aquí porque me
recuerda el ambiente de verdura de los pazos de su tierra natal.
Del fondo oscuro del jardín, donde los grillos daban
serenata, llegaban murmullos y aromas. El vientecillo gentil que los traía estremecía los arbustos, sin despertar los
pájaros que dormían en ellos. A veces el follaje, misterioso como la túnica de
una diosa, se abría susurrando y penetraba el blanco rayo de la Luna, que se
quebraba en algún asiento de piedra, oculto hasta entonces en sombra
clandestina. El jardín cargado de aromas, y aquellas notas de la noche,
impregnadas de voluptuosidad y de pereza, y aquel rayo de Luna, y aquella
soledad, y aquel misterio, traían como una evocación romántica de citas de amor
en siglos de trovadores.
RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN
Femeninas (1895)
(*)El gran escritor gallego murió el
5 de enero de 1936 en Santiago de Compostela
1 comentario:
Así con esas bellísimas palabras pintó un perfecto cuadro de los viejos jardines de los pazos.
Yo nunca encuentro la forma de transmitir lo que el jardín me hace sentir.
Muchas gracias por compartir tu buen gusto.
Un afectuoso saludo.
Maruxa
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