Orvès |
No digo
que no los haya en nuestro país, solo digo que yo no tengo apenas noticias de
ello, cosa que por otro lado puede ser muy posible dado que estoy aún en fase
de aprender de este mundo de los jardines. Cuando salgo al extranjero y visito jardines muchos
son propiedad privada que con gran
cariño y dedicación de sus propietarios son restaurados, conservados y
ampliados con mimo.
En
general, en España, poquísimos son los jardines privados que están abiertos al
público de forma regular. A veces aun siendo bienes protegidos y con alguna
ayuda o exención sus propietarios encuentran la forma de ser poco molestados en
sus propiedades por ojos curiosos de visitantes. En otros países estas
propiedades se abren a visitantes, cumplen una función social y permiten a sus
dueños sacarle una rentabilidad económica que no sé yo si les resulta
compensatoria en lo crematístico pero si en el mantenimiento total o parcial de
la finca. Alquilar estos espacios como escenario de eventos sociales, de
rodajes cinematográficos o publicitarios son prácticas que se dan en España o
fuera, pero aquí no encuentro una abertura semanal o diaria, o espectáculos de
animación que atraigan a un público lo que permite conocer de otra manera el jardín, o unas
actividades de educación jardinera o simplemente permitir a voluntarios de
acuerdo a una regulación pautada compartir trabajos de los que se benefician
los propietarios y también las personas que realizan dichas prácticas.
Orvès - capilla |
Aquí los
jardines son propiedad privadísima, los compartidos son algunos huertos
públicos locales o bien usados y disfrutados en aquellos que son de titularidad
pública. Podemos argüir la falta de
reglamentación adecuada, el temor a que un voluntario supla un lugar de trabajo
o muchas otras cosas pero creo que dejamos perder muchas posibilidades, las de
aquellos estudiantes sean o no de esa especialidad que podrían probar en
algunos periodos lo que es trabajar un jardín, o los intereses de adultos y
mayores que no pueden disponer de uno.
Como un
ejemplo cercano que se me viene a la cabeza puedo citar el Jardin del Domaine d’Orvès
en el sur de Francia. Una antigua bastida del XVII que después de una serie de
episodios históricos llega a manos del pintor Pierre Deval. Después de ser
arrasada la finca en la Segunda Guerra mundial, destruida buena parte de la
vegetación, cortados muchísimos árboles su actual propietaria, descendiente del
pintor, ha conseguido con sus dos hijos rehacer la propiedad, intentar hacer
rentable su parque de 8 hectáreas y reconvertir su jardín en una reserva
botánica. Uno de los hijos nos guió por el jardín y su parque, se sentía orgulloso de él,
mostrando y nombrando cada una de sus plantas. Su único trabajo era su jardín, difícilmente
lo vería yo en otro escenario. Comentaba sonriente: “Mi madre piensa el jardín,
consigue las plantas y yo soy su brazo ejecutor que les encuentro un lugar y
las cuido”. Un trabajo en equipo.
Orvès - la balsa |
Y la madre
que es la mujer de las ideas también planteaba a mis acompañantes, sabedora que
estaban en un centro de formación jardinera: “¿No han pensado Vds. en hacer
colonias?” Y es que hoy en día para
tener un gran jardín, a parte de trabajar la tierra hay que tener ideas
innovadoras. Así se logra mantener ese jardín con un punto salvaje, con un
punto de arte y con mucha vida puesta en él.
Orvès - olivos |
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