Le llamo raro porque no lo sé ubicar ya
que no es una novela, no es un relato de viajes, no es de historia ni de arte y
tampoco es un libro de jardines pero tiene algo de cada cosa. Lo que sí puedo
decir es que los jardines tienen un papel importantísimo y por eso lo comento
aquí.
El título del libro es Una aventura en el tiempo y relata la experiencia de dos damas inglesas que el día 10 de agosto
de 1901 hacen una visita al Petit Trianon y se encuentran transportadas al tiempo
de los últimos días de María Antonieta sin que sean consciente de ello hasta
semanas después.
Las dos damas que son personas cultas y
con estudios firmaron su publicación con dos pseudónimos para no comprometer su
vida profesional. Charlotte Moberly (
1846-1937) y Eleanor Jourdain (1863-1924) eran ,una, la primera directora del primer colegio universitario
de Oxford para mujeres St Hugh’s y la otra llegó a ser su segunda. Su reputación venía
avalada por ser, respectivamente, hija
del obispo de Salisbury y doctora por la Sorbona.
El libro se editó en 1913 con el nombre de “El incidente”. El libro
editado ahora procede de una edición posterior francesa que fue prologada
posteriormente por Jean Cocteau en 1958
Las damas se pierden buscando el Petit Trianon y
aunque ambas se encuentran, a partir de
cierto momento, en un estado de ánimo abatido y raro no lo comentan entre si. Encuentran a varios personajes en su
itinerario con los que interactúan.
Semanas después en una charla coinciden que ese lugar estaba como encantado y
descubren que ambas no han visto los
mismos personajes. Deciden hacer un relato detallado y de forma separada para
contrastar las coincidencias y diferencias. A partir de aquí, con mentalidad
investigadora y consultando archivos y buscando documentación intentan
desentrañar el misterio. Nos advierten los editores que garantizan que el relato se ajusta con fidelidad y exactitud a lo que
ocurrió, siendo solo ficticios los nombres de las autoras. En su investigación
posterior que se extendió durante unos diez años investigaron detenidamente
tanto hechos históricos como la evolución del trazado del jardín que vieron en
1901 (correspondiente a final del XVII) y el que vieron en años posteriores. Su
investigación es bastante exhaustiva aportando datos, citas y documentos gráficos.
María Antonieta pintada por Wetmüller que es quien retrató de forma más fidedigna a la reina |
Las conclusiones a las que llegan no sé
si os convencerán pero si que el libro da descripciones detalladas del trazado,
edificaciones y alguna vegetación tanto de los jardines de 1785 como del 1901.
No son descripciones con ojos de un jardinero o de un arquitecto sino de observadoras
atentas y os retrotraerán a escenas en que los personajes de la época: la
reina, algunos caballeros y los jardineros puntúan el relato.
¿Y porqué hablamos del 10 de agosto?
Porque ese fue un día crucial en la recta final de María Antonieta. Decían las
leyendas en el XIX que, ese día precisamente, algunos visitantes vieron a María Antonieta
por el Petit Trianon pero eso nuestras damas no lo supieron hasta mucho
después. En la actualidad con las hordas de
turistas no creo que asome la nariz pero nunca se sabe….o sea, ojo
avizor si recorréis ese día los jardines.
-
1 comentario:
Qué bueno, me parece súper curioso. Me ha recordado a esas historia en las que alguien se encuentra un fantasma pero no lo reconoce como tal.
Claro que eran relatos de ficción y este....
Publicar un comentario